“La muerte no es verdad, cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”, así vemos los cubanos a José Martí…
El 19 de mayo de 1895, hace 125 años, caía en combate el mayor general del Ejército Libertador y Delegado del Partido Revolucionario Cubano, José Martí Pérez, la figura más excelsa de la Revolución del 95 y “el mejor de los compañeros y el alma podemos decir del levantamiento”, tal y como Máximo Gómez escribiera esa propia noche en su Diario de Campaña.
Hombre montaña, hizo de la independencia de Cuba su sentido de vida, y la redención de la patria fue la luz que iluminó y guió su existencia. Al decir de Blanche Zachaire de Baralt, en El Martí que yo conocí: “Nadie enganchó su carro a una estrella con más firme propósito de alcanzar la meta, sean cual fueren la altura y la dificultad del camino, que José Martí”.
Murió en plena madurez política e intelectual, pues apenas tenía 42 años cumplidos. Rubén Darío, el poeta nicaragüense, se lamentó de esta manera: “¡Que has hecho Maestro!”, pero el Apóstol, tal y como escribiera a su amigo Manuel Mercado, en su famosa carta inconclusa del 18 de mayo, estaba “todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber —puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo— de impedir a tiempo, con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.
Fuente: Sitio Cubahora
Imagen: Diseñador de Citma
Valore este artículo
Click en las estrellas para votar
0 / 5. Conteo 0