El rápido calentamiento de las aguas en el océano Pacífico ecuatorial, que puso fin al evento La Niña/Oscilación del Sur (Aenos), y la salida de los modelos consultados por el Centro del Clima del Instituto de Meteorología de Cuba, indican que, para el venidero mes de mayo deben ocurrir acumulados de lluvias dentro del rango de lo normal en las regiones occidental y central, y por debajo de la media histórica en la zona oriental.
De cumplirse el vaticinio y como suele ser habitual, el periodo lluvioso comenzaría en la mayor parte del país en el transcurso del quinto mes del calendario, etapa que se extiende hasta el 31 de octubre.
Las precipitaciones de mayo dependen, fundamentalmente, de la influencia de las ondas y las bajas tropicales, y de su interacción con sistemas de latitudes medias.
Pese a no figurar en la temporada ciclónica, en este mes pueden formarse ciclones tropicales en la cuenca del Atlántico tropical, que comprende también el golfo de México y el mar Caribe.
Incluso, algunos han cruzado sobre Cuba, entre ellos la tormenta tropical Alma, que azotó de manera directa la porción occidental de Pinar del Río, el 23 de mayo de 1970, y la tormenta tropical Arlene, la cual atravesó el territorio camagüeyano, el día 8 de 1981.
Más reciente, en mayo de 2018, la tormenta subtropical Alberto ocasionó intensas lluvias los días 27 y 28, con registros de cien a 300 milímetros, en 122 localidades del occidente y centro de la Isla, que superaron los 400 mm en determinados puntos de las provincias de Cienfuegos, Villa Clara y Matanzas.
En cuanto al comportamiento de las temperaturas, se prevén valores de máximas en la norma en las tres regiones, y mínimas superiores al promedio histórico para occidente y centro, y en el límite superior de lo habitual, en el oriente cubano.
Tomado de Granma