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Meteorología aeronáutica ante nuevos retos

Frente de un avión dañado severamente por los impactos de una granizada en pleno vuelo.

La Comisión de Meteorología Aeronáutica de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió hace un tiempo que el cambio climático puede tener repercusiones futuras desfavorables para la aviación en el orbe, al provocar cambios en las temperaturas máximas y mínimas en la atmósfera superior, favorecer el aumento de la turbulencia e incrementar la frecuencia y la intensidad de las descargas eléctricas, entre otros eventos peligrosos.

Incluso, en la actualidad, el mayor porcentaje de las demoras prolongadas en la salida y llegada de los vuelos y un alto número de los accidentes aéreos, a nivel internacional, obedecen a la prevalencia de condiciones meteorológicas adversas.

A lo anterior se une que la congestión del tráfico de aviones crece aceleradamente, al extremo que de acuerdo con los estimados actuales, se duplicará en los próximos diez a 15 años, por eso la seguridad aérea requiere de servicios de meteorología aeronáutica cada vez más eficientes y precisos.

Según los convenios internacionales vigentes en materia de navegación aérea, cada país tiene asignada una región de información de vuelos para el control de estos sobre su territorio.

Las oficinas meteorológicas nacionales vinculadas a la aviación son las responsables de vigilar las condiciones del estado del tiempo y emitir las alertas correspondientes, ante la probable ocurrencia de fenómenos peligrosos, para adoptar de forma oportuna las acciones de protección y reordenamiento del tráfico aéreo.

CAMBIO CLIMÁTICO EN LA MIRILLA

El máster en Ciencias Juan Ayón Alfonso, experimentado especialista en Meteorología Aeronáutica y jefe de ese departamento en el Aeropuerto Internacional José Martí de 1966 a 1976, explicó a Granma que los estudios internacionales recientes corroboran la tendencia hacia un aumento de los valores de la temperatura media en nuestra área geográfica, en correspondencia con lo que sucede en el resto del planeta, y a las previsiones relacionadas con el comportamiento de esa variable hasta finales de la presente centuria.

Recalcó que el incremento de la temperatura produce una disminución de la densidad del aire y, por lo tanto, las aeronaves encontrarán otro escenario que obligaría a los diseñadores, fabricantes y operadores de líneas aéreas a tomar las medidas requeridas en cuanto al diseño, aeronavegabilidad, procedimientos de operación, aterrizaje y despegue, y en la capacidad de carga y transportación de pasajeros.

«Las investigaciones muestran, al mismo tiempo, un incremento de la turbulencia en cielo despejado, asociada a una mayor cizalladura del viento en los niveles de vuelo, y del engelamiento de las aeronaves como resultado de la prevalencia más frecuente de condiciones meteorológicas que generan tal escenario en toda la capa atmosférica, debido al cambio climático».

Precisó el también profesor del Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (Instec), de la Universidad de La Habana, que la ocurrencia de fuertes conglomerados de nubes de gran desarrollo vertical impide el normal desplazamiento de las aeronaves por las rutas asignadas, teniendo que ser desviadas para evitar la severa turbulencia y las fuertes granizadas.

Sobre el denominado engelamiento, Ayón Alfonso explicó que consiste en la formación de hielo o congelación de partes importantes de un avión en vuelo, como son las alas, hélices, el carburador o el tubo de pitot, cuya función radica en medir la presión total y la presión estática, elementos vitales para que el velocímetro y el altímetro trabajen bien.

«Si se acumulan grandes placas de hielo, aumenta el peso de la aeronave, hay una reducción significativa de la sustentación favorecida por las alas, aumenta la resistencia y disminuye la aerodinámica. Esta situación puede provocar problemas en el control de los parámetros y fallos en los motores, lo cual pone en peligro la seguridad del vuelo».

 Los dos elementos fundamentales para que tenga lugar el engelamiento son la humedad y la presencia de temperaturas entre los más dos grados Celsius y menos de 15, precisó el profesor Ayón Alfonso.

En noviembre del año 2010 una aeronave de la aerolínea cubana AeroCaribbean, que se encontraba volando sobre el centro del país y cubría la ruta Santiago de Cuba-La Habana, fue afectada por un inusual engelamiento severo (alta concentración de hielo), que causó la caída del avión.

TIEMPOS DE INNOVACIÓN

Especialistas del Instituto de Meteorología (Instmet) de la Agencia de Medio Ambiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), liderados por la doctora en Ciencias Maibys Sierra Lorenzo, investigadora del Centro de Física de la Atmósfera, desarrollaron novedosas herramientas informáticas que pueden ser utilizadas en la protección de la seguridad aérea en el espacio cubano y zonas adyacentes.

Como trascendió durante la conferencia impartida por el profesor Juan Ayón Alfonso, en el reciente CIII Congreso de Cambio Climático, que formó parte del programa de la xiv Convención Internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo, uno de ellos es el sistema de predicción numérica a corto plazo, denominado Sispi, que utiliza el acoplamiento de varios modelos de pronóstico numéricos para calcular la posible aparición, en pocas horas, de conglomerados de nubes de notable desarrollo vertical, capaces de provocar condiciones meteorológicas peligrosas para la navegación aérea.

Los primeros reportes de su aplicación mostraron una alta efectividad, avalada por los informes de los comandantes de las aeronaves, que sobrevolaron las áreas comprendidas en la predicción emitida, señaló el experto.

El resultado, cuyo otro autor principal es el doctor en Ciencias Jesús Salomón Llanes, profesor del Instec, fue utilizado, asimismo, para realizar un pronóstico de temperaturas en los primeros niveles de la atmósfera en la región de estudio, obteniéndose los incrementos esperados de esa variable para los próximos 50 años.

El modelo Sispi tiene cuatro actualizaciones diarias con un horizonte de uso de hasta 72 horas. También se aplica al pronóstico de engelamiento en aeronaves, puntualizó el profesor Juan Ayón Alfonso.

Tomado de Granma

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