El proyecto Resiliencia al cambio climático en la zona costera de Cuba a través de la adaptación basada en ecosistemas, conocido como Mi Costa, iniciado en 2022, ya comienza a marcar la historia ambiental del territorio camagüeyano en sus dos sitios de intervención directa: Santa Cruz del Sur y Playa Florida.
Con financiamiento del Fondo Verde del Clima, Mi Costa se ejecuta por la Agencia de Medio Ambiente en Cuba, tendrá una implementación de ocho años y un período de operación y mantenimiento de 22.
En ese tiempo se desarrollarán acciones en Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas y Granma con el objetivo de fortalecer la resiliencia costera ante el cambio climático a lo largo de mil 300 kilómetros (km) de la costa sur, al reducir los principales tensores de la vulnerabilidad de los ecosistemas y de 24 comunidades costeras.
Entre las acciones fundamentales de esta primera etapa figura la formación de capacidades sobre novedosos conceptos relacionados con el trabajo comunitario, pues el proyecto centra su mirada de manera profunda en la dimensión social.
Y es que si se quieren poner en práctica medidas para la adaptación ante el cambio climático se han de buscar las respuestas precisamente en las comunidades, que son las protagonistas de este proceso y donde tendrán lugar las transformaciones en aras de la sostenibilidad.
Sobre las experiencias durante el trabajo en Camagüey y la importancia de que el proyecto enfoque su mirada en el componente social, transcurrió el diálogo con la Dra.C. Marta Rosa Muñoz Campos, directora y profesora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Cuba).
-¿Qué importancia le concede a que un proyecto como Mi Costa aborde de manera tan profunda la dimensión social?
-“Para nosotros en FLACSO-Cuba la dimensión social es clave en este proceso porque tiene un componente de implementación de los actores de los espacios locales y comunidades; por lo tanto, es importante conocer los actores con los cuales estamos trabajando, la importancia de articularse con esa diversidad de actores y de instituciones en los territorios en aras de la sostenibilidad del proyecto.
“Este es un proyecto que prevé un componente de finanzas muy importante, pero si no dejamos capacidades instaladas, si no empoderamos a los actores sociales, si ellos no son sujetos para la implementación se pone en peligro su sostenibilidad.
“Sí, creo que Cuba está en condiciones de poder hacer sostenible el proyecto porque somos una sociedad con una tradición de participación, donde hay una serie de experiencias de procesos participativos que están dentro de la sociedad cubana. Las personas tienen una cultura de la participación y Mi Costa puede tributar.
“Las personas son clave. Mi Costa tiene un componente técnico, por supuesto, pero junto con este componente técnico- que es en el cual participan instituciones científicas, de investigación, las universidades, más las Delegaciones del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, los centros de creación de capacidades, los de gestión de riesgo, los centros universitarios municipales- , hay un conocimiento y un saber locales, y debemos ponerlo en capacidad de diálogo con esos resultados científicos”.
-¿Qué expectativas tienen con el proyecto? ¿Cuáles serían los mayores retos?
-“Los mayores retos están ahora en la posibilidad de la movilidad para ir a los territorios y poder trabajar en las provincias. Otro reto está en que tengamos los centros de creación de capacidades para desarrollar los procesos de formación y capacitación de los actores locales y que estos estén visibles.
“También es un desafío el elemento de la temporalidad: los tiempos a veces son cortos y los tiempos de las comunidades y sus ritmos no son los mismos que los que el proyecto va necesitando; y esto supone un esfuerzo para lograr los resultados sin que se produzcan disrupciones. Pienso que estamos en condiciones de poder lograrlo ampliamente”.
-Luego del trabajo en Florida y Santa Cruz de Sur, ¿qué experiencias e impresiones se lleva del equipo de Camagüey?
-“Es un equipo muy sólido, hay capacidad técnica instalada muy fuerte. Esta es una provincia con municipios que tienen tradición en el trabajo con la cooperación internacional, por tanto, tienen experiencia.
“La impresión es excelente, y que van a asumir el proyecto. Aquí ha estado el Programa de Pequeñas Donaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), aquí ha estado trabajando Resiliencia Costera y muchos otros proyectos que constituyen valiosos antecedentes. Se aprecia una cultura de trabajar proyectos, de investigación, capacidades científicas muy fuertes. Conozco de cerca el quehacer de la Universidad de Camagüey, que es muy sólido en el trabajo social y comunitario. Creo que esas potencialidades son el arsenal más grande que existe”.
-¿Cómo definiría en una frase breve al proyecto Mi Costa?
-“Mi Costa es vida, sostenibilidad, es inclusión social, es participación y que todo el mundo cuente”.
Por Damaris Hernández Marí/ Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMAC)
Tomado de Radio Cadena Agramonte