Para conocer más acerca de la presencia de Cuba en el evento, conversamos con Lourdes Coya de la Fuente, experta en Políticas Ambientales de la dirección general de Medio Ambiente.
Elba Rosa Pérez Montoya, titular de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), confirmó su participación al ministerio de Ecología y Medio Ambiente chino, en la 15 Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica a efectuarse en el 2021 y 2022 en la ciudad de Kunming.
La intervención de la ministra del Citma abordará las principales posiciones de Cuba respecto a la propuesta de Marco Estratégico, el trabajo desempeñado por Cuba para la protección del medioambiente de cara al Plan Nacional para el Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 y una denuncia explicita del bloqueo estadounidense.
Por decisión de la Secretaría del Convenio de Diversidad Biológica y el gobierno de China, el evento se celebrará en dos fases: una primera etapa, virtual, entre el 11 y el 15 de octubre de 2021, y la segunda será presencial, del 25 de abril al 8 de mayo de 2022.
Para el primer tramo de la COP 15, China ha convocado a un Segmento de Alto Nivel (Ministerial) para los días 12 y 13 de octubre, con el fin de consolidar el momentum político existente con las negociaciones del Marco Estratégico. Tendrá como título Hacia una civilización ecológica: construir un futuro compartido para toda la vida en la Tierra, y concluirá con la adopción de una Declaración Final.
Al término de esta reunión, se adoptará el Marco Estratégico Global de la Biodiversidad Post 2020, que definirá los objetivos y metas mundiales para detener la pérdida de la biodiversidad y encauzar su recuperación, hasta el 2050.
El Marco tendrá tanta importancia para la biodiversidad como lo tiene el Acuerdo de París para el cambio climático. Sustituirá al Plan Estratégico de la Diversidad Biológica 2011 – 2020 y sus Metas de Aichi, que con un propósito similar guiaron a los países en ese período.
Para conocer más acerca de la participación de Cuba en la Conferencia, conversamos con Lourdes Coya de la Fuente, especialista experta en Políticas Ambientales, de la dirección general de Medio Ambiente del Citma.
Lourdes Coya aseguró que, para Cuba, el nuevo Marco Estratégico debe estar orientado a resultados y reflejar, de manera balanceada, los tres objetivos del Convenio –conservación de la biodiversidad, su uso sostenible y el acceso y distribución equitativa de los beneficios derivados de los recursos genéticos extraídos de la biodiversidad–, para darle una base más sólida a su desarrollo sostenible.
Con respecto a la financiación manifestó: “Para nuestro país esta meta debe sostener la legitimidad y efectividad del Marco, de ahí la importancia de definir claramente los montos a comprometer y los encargados de proveerlos, fundamentalmente los países desarrollados, en el periodo de implementación del Marco Estratégico.
Ello en un contexto donde se insertan de forma creciente el sector privado y las soluciones financieras innovadoras nacionales”.
La especialista acotó que, partiendo de las Metas de Aichi, la Mayor de las Antillas llega a estas reuniones con importantes contribuciones, como la integración de la biodiversidad en las políticas y estrategias de desarrollo del país; avances en la gestión sostenible y restauración de ecosistemas; el control de amenazas directas a la biodiversidad como los incendios forestales; el incremento de las acciones de enfrentamiento a las ilegalidades que afectan los recursos naturales y la conservación de los principales valores de la biodiversidad a través del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.
Resaltó como importante las acciones en favor de la biodiversidad que se vinculan con la salud y el enfrentamiento al cambio climático.
Lourdes Coya afirmó que, para la Isla, es premisa en el contexto de la negociación del Marco Estratégico de Biodiversidad Post 2020 los siguientes elementos:
Bajo el tema de la diversidad biológica deben ser consideradas las disposiciones pertinentes de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB), entre otros instrumentos internacionales vinculados a este tema, incluyendo la Convención Ramsar sobre Humedales de Importancia Internacional, la Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS), la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), entre otros.
También abordar los tres objetivos de la Convención de manera balanceada: la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos.
Con respecto al marco mundial de la diversidad biológica, la experta dijo que debe orientarse a resultados, facilitar la implementación a través de actividades a todos los niveles (nacional, regional y mundial) y proporcionar una guía estratégica sobre elementos que requieren atención priorizada.
En cuanto a las estrategias y programas nacionales de diversidad biológica, estos deben responder en primera instancia a las prioridades nacionales y realizarse su ajuste en este sentido, como contribución a las metas mundiales.
Preocupación de país
Desde el punto de vista nacional, Lourdes aclaró que la pérdida de diversidad biológica ha sido identificada como problema ambiental principal en el país y, por tanto, requiere de una plataforma estratégica de seguimiento y control con múltiples actores y responsabilidades estatales y civiles.
Para afrontar esta situación existe el Programa Nacional sobre la Diversidad Biológica, que define metas y acciones a implementar en un determinado período de tiempo. En la actualidad se encuentra en proceso de adecuación para un nuevo ciclo estratégico (2022 – 2030), cuyas prioridades, según la experta, se centran en:
Abordar las causas subyacentes o indirectas de la pérdida de la diversidad biológica (incrementar la sensibilización de la sociedad; acciones de educación, comunicación, divulgación y capacitación en relación con estos temas, por cuanto la falta de una educación ambiental es una las causas subyacentes de pérdida de la diversidad biológica; integrar los valores de la biodiversidad en los planes, programas de desarrollo, el ordenamiento del territorio; el desarrollo de instrumentos económicos para promover la conservación y uso sostenible de la biodiversidad). Elevar la conciencia sobre la significación, aportes e interrelación de la diversidad biológica con las diferentes esferas del desarrollo y el bienestar humano.
Controlar las amenazas principales a la diversidad biológica y promover la utilización sostenible (acciones enfocadas a reducción de los impactos de las especies exóticas invasoras; gestión sostenible de los ecosistemas y el uso eficiente de los recursos naturales; reducción de la contaminación; reducción de las vulnerabilidades ante el cambio climático; otras presiones vinculadas a comercio ilícito, entre otras). Eficacia en la prevención y control de los incendios forestales.
Así como la promoción de la conservación de los valores más representativos de la biodiversidad a través del sistema nacional de áreas protegidas, más enfocado en estos momentos a la sostenibilidad del sistema y el incremento de la efectividad de su manejo; la recuperación de especies amenazadas de la flora y la fauna silvestre; salvaguardar la diversidad genética de las especies autóctonas y las de valor socioeconómico.
De igual manera, se trabaja en disminuir la degradación de hábitats, ecosistemas y paisajes, mediante la restauración/rehabilitación de ecosistemas, la reducción de la fragmentación, el incremento de la resiliencia, el mejoramiento de la provisión de bienes y servicios ecosistémicos y la adaptación al cambio climático.
Recalcó la especialista del Citma que, en marzo de 1994, la nación caribeña ratificó el Convenio sobre la Diversidad Biológica, asumiendo como país Parte, una serie de compromisos.
Por Departamento de Comunicación CITMA
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