Intervención de Elba Rosa Pérez Montoya, titular de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) de Cuba, en la “Ceremonia de Apertura del Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible”, organizada por la Unesco
Panel: Papel de las Ciencias Básicas en la Toma de Decisiones
Pregunta: En los últimos 20 años, cómo usted ve el progreso en el crecimiento de los canales de financiamiento para la investigación en ciencias básicas?
Antes de tratar específicamente el tema del financiamiento para las ciencias básicas, deseo hacer algunas reflexiones sobre su evolución y papel en Cuba.
Durante la primera mitad del siglo XX la ciencia en el país solo se manifestó en muy contados casos y tenía poca visibilidad. Al final de la Segunda Guerra Mundial era precaria y sin el apoyo de los tomadores de decisiones gubernamentales, tal y como señaló el informe Truslow, del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento en 1951.
Su verdadero desarrollo comenzó a partir de la década del 60 del siglo pasado con el triunfo de la Revolución y la decisión del gobierno de promover las ciencias básicas.
Algunos ejemplos evidencian su desempeño en el desarrollo del país. El primero data de 1970 cuando se diseñó la primera computadora cubana y en los años 90 se crearon equipos de resonancia magnética nuclear.
En el ámbito ambiental, desde esa época y hasta la actualidad, se llevan a cabo múltiples investigaciones, entre ellas en las Ciencias Básicas, que han marcado el punto de partida para el diseño de políticas y la toma de decisiones, en particular sobre el cambio climático.
La más significativa y visible contribución de estas Ciencias, está en el campo de la biotecnología y la industria médico farmacéutica.
En todo lo anterior, ha desempeñado un papel relevante la colaboración internacional con Europa y América Latina, como un importante canal de financiamiento que permitióla supervivencia y desarrollo de nuestras Ciencias Básicas en el pasado siglo, así como la formación doctoral del personal joven que se iniciaba en la vida científica del país. Esta colaboración continúa hasta nuestros días.
Un buen ejemplo es el Profesor Georgio Parisi, quien participa en este Panel, y ha sido mentor y colaborador en investigaciones de ciencias básicas con varios científicos cubanos durante muchos años.
A partir de la década de los 90, el flujo de financiamiento para la ciencia se hizo crítico, contando básicamente con el presupuesto del Estado para su fomento, principalmente, en la industria biotecnológica cubana.
En los últimos 20 años, esta situación no ha experimentado cambios. En el caso particular de Cuba, se agrava por las duras condiciones del bloqueo económico, financiero y comercial de “máxima presión”, como ha sido calificado por el propio presidente de los Estados Unidos, que por más de 60 años lo aplica y trata de asfixiar a mi pequeño país.
El bloqueo impide acceder a los financiamientos y a los bienes necesarios en el mercado internacional para cualquier propósito, incluyendo el desarrollo de la ciencia.
No obstante, un ejemplo fehaciente de lo alcanzado por Cuba en este ámbito, es el control de la pandemia de la Covid-19. Fuimos capaces de obtener 5 candidatos vacunales, 3 de ellos convertidos ya en vacunas 100 por ciento cubanas; con lo cual hemos protegido a más del 95% de la población, incluyendo la infantil, y reducir la letalidad a una tasa de 0.77 % muy inferior a la del mundo que es de 1.16 %.
A nivel mundial, los canales de financiamiento para las Ciencias Básicas responden a la tendencia actual de la concentración de resultados y producción científica en los centros de mayor tradición; así como del crecimiento de la emigración de muchos de los mejores y más emprendedores talentos del mundo subdesarrollado a esos centros de élite. Esto se hace evidente en las autorías de muchos de los principales artículos científicos de mayor impacto actual.
Se impone que aprovechemos este Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible para proponer al menos dos iniciativas que renueven el compromiso y papel de la solidaridad científica.
Una de ellas sería la creación de fondos regionales libres, sin restricciones políticas como debe ser en la ciencia, para la financiación de proyectos de ciencias básicas y formación doctoral, alimentados con financiamiento de los países más ricos y gestionados de forma transparente por y para el interés de los países receptores y sus eventuales redes regionales. Una de estas regiones puede ser América Latina y el Caribe.
La otra sería la creación de un centro internacional de investigaciones dedicado a las ciencias básicas, con financiamiento y liderazgo científico que permita laformación de jóvenes doctores procedentes de países en desarrollo, en especial de los pequeños estados insulares.
Cuba está endisposición de intercambiar detalles sobre esta propuesta con la UNESCO, con el interés de que pueda ser acogida o auspiciada por los mecanismos de colaboración y apoyo a la ciencia que tiene esta Organización.
Finalmente, deseo agradecer la invitación realizada para participar en esta celebración, lo cual hemos considerado como un reconocimiento a Cuba. Además, reiteramos el compromiso de continuar impulsando la orientación vocacional y formación de jóvenes que aseguren la salud de estas Ciencias, entendidas como la plataforma necesaria para el desarrollo de los nuevos y desafiantes avances tecnológicos que enfrenta la humanidad.
Muchas gracias.
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