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Planta de biopreparados, alma de Labiofam en Las Tunas

El colectivo de la planta es estable y se considera una gran familia, en la que todos se apoyan y enseñan.

Desde hace más de 10 años, cada mañana es un enigma para Tonia Rodríguez Mayedo, especialista principal de la planta de biopreparados de la empresa Labiofam, porque en la unidad los procesos se adaptan a las circunstancias de cada día.

Especialmente ocurre por estos tiempos, debido a la difícil situación energética que enfrenta el país y la disponibilidad de materias primas esenciales para desarrollar las principales líneas, esas que gozan del respeto y la aceptación de los clientes de Las Tunas y otros territorios.

La entidad, ubicada en la comunidad de Río Potrero, en las afueras de esta ciudad, tiene un colectivo de 25 trabajadores, responsables en su mayoría de producir cuatro renglones: los hemoderivados, químicos y alimentos, naturales y biológicos.

Tonia Rodríguez Mayedo

“Ahora las principales producciones están limitadas por diferentes razones; pero, hemos mantenido el Biorrat, una sustancia muy eficaz en el control de roedores. Estamos haciendo minidosis para el uso de la población en la desinfección de las viviendas y sus alrededores.

“En dependencia de la disponibilidad de ingredientes que tengamos, producimos hidrolizado de proteínas, solución desinfectante para manos, sulfato de cobre y Dermivet, un preparado para eliminar enfermedades de la piel en los animales domésticos y cuya aceptación nos sorprendió”.

En la planta, los trabajadores están ocupados todo el tiempo y durante la visita del equipo de trabajo de 26– casualmente durante un apagón- se les vio dispuestos y animosos, alistando frascos, higienizando locales y debatiendo ideas para posibles proyectos.

“Aquí organizamos los procesos, de acuerdo a la electricidad. Si hay, aprovechamos para impulsar la producción con el uso de los equipos tecnológicos y en el resto del tiempo se adelantan otras tareas. Ya nos adaptamos y si tenemos que trabajar unas horas extras, lo hacemos sin problemas.

“También nos afecta la poca capacidad de embalaje para determinadas líneas y la insuficiente existencia de algunas materias primas. Por ejemplo, con la sangre de res estamos compitiendo con el alimento animal y la disponibilidad del matadero para vendernos.

“Para los productos naturales como el sirope y los jarabes, a veces no disponemos del azúcar que se requiere o del alcohol fino, imprescindible para elaborarlos, pues son sustancias de uso humano que se consumen por vía oral y deben cumplir varios parámetros de calidad”.

El colectivo de la planta es estable y se considera una gran familia, en la que todos se apoyan y enseñan. Bien lo sabe José Luis Díaz Videra, un joven que se desempeña como técnico en el área de productos naturales, aunque antes desarrolló otra labor.

José Luis Díaz Videra

“Yo comencé como custodio y, poco a poco, fui aprendiendo, porque siempre busqué opciones de superación, para poder realizar tareas útiles, quizás para darle algo mejor a mi país. Me enseñaron las diferentes actividades y desde entonces trato de trabajar más cada día.

“Estoy dispuesto a hacer lo que haga falta, sin problemas. Elaboro siropes y jarabes de orégano y sábila. Creo que no es difícil y me desempeño bien porque le dedico todo el tiempo que puedo. Incluso, pudiera enseñar a otros jóvenes que lleguen para que aprendan y trabajen igual o mejor que yo”.

Así también piensa Roberto Estrada Jorge, el jefe de Producción, quien se muestra inquieto y activo, de un lado a otro. Supervisa un etiquetado, aplica sus cinco sentidos a la mezcla que preparan los obreros y alerta cuando considera que algo puede salir mal.

Roberto Estrada Jorge

“Ese es mi trabajo, luchar por la buena calidad de los productos, para que los clientes la aprecien desde que los miran en nuestros puntos de venta, en cualquiera de los formatos que se presenten, y para eso reviso y corrijo cualquier situación que exista.

“Todas las producciones salen con las pruebas de laboratorio hechas y eso me da confianza y alivio, me hace sentir útil, tanto detrás del buró como en las diferentes áreas en las que hacemos los procesos. Estoy muy satisfecho y aquí estaré hasta que transcurran los siete años que me faltan para la jubilación”.

Cuando en las calles de los municipios tuneros se habla de las producciones de Labiofam, a los trabajadores de la planta de biopreparados les nace un sano orgullo por todo lo que se ha logrado, en medio de limitaciones; pero, con un gran compromiso.

“Nosotros pedimos a los centros de venta que hagan encuestas a la población -comenta Tonia- y esos criterios nos sirven para elevar la calidad de lo que hacemos. La planta seguirá reinventándose, investigando y creando nuevos productos para cumplir como el principal centro productivo de Labiofam”.

Planta de biopreparados de Labiofam en Las Tunas
Planta de biopreparados de Labiofam en Las Tunas
Tomado de Periódico 26

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