El incendio forestal de grandes proporciones, iniciado en febrero último, en Pinares de Mayarí, movilizó por varias fechas a muchas personas, decididas a evitar su propagación, frenándole el tránsito hacia otras áreas y extinguiéndolo.
Meses después, aun cuando la naturaleza siempre halla maneras de renovarse, se advierte la mano del hombre recuperándola al Este holguinero.
Así lo confirmó Alejandro Torres Gómez De Cádiz, delegado territorial del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma): “en esta tercera etapa de control, seguimiento y mejora en la estrategia de recuperación, se ha trabajado con sistematicidad y de forma intersectorial, según lo establecido. Un elemento importante es la regeneración natural, que ha sido favorecida por las condiciones climáticas, dadas las lluvias que han aparecido en esta zona montañosa y el manejo adecuado de las instituciones”.
“Muchas hectáreas sufrieron –declaró Torres Gómez De Cádiz–, esencialmente en la parte del sotoboque, lo que permite que la naturaleza encuentre vías propias de subsistencia. Ha sido también de mucha ayuda la reforestación organizada, por parte de tenentes de áreas y responsables para su administración, principalmente con el fomento de viveros y extracción de aquella madera que quedó, para otro tipo de fines”.
Un factor clave, precisó el Delegado, es el manejo del suelo afectado, que favorece la rehabilitación y creación de nuevas trochas para prevenir futuros desastres, principalmente a partir de las lecciones aprendidas.
Giovani Zaldívar, jefe de departamento de Recursos Naturales, Ecosistemas Priorizados y Cambio Climático, de la Delegación Provincial del Citma, subrayó que “cumpliendo con la Directiva Uno de noviembre de 2022, lo primero que se hizo fue crear el grupo multidisciplinario para la evaluación de daños ambientales ocurridos”.
Ese colectivo, liderado por el Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales (Cisat), el cual cuenta con especialistas de amplia maestría y experiencia, laboró en coordinación con el Gobierno holguinero y especialistas de la Empresa Integral Agroforestal de Mayarí, el sistema forestal de la provincia, y las Delegaciones de la Agricultura y Recursos Hidráulicos.
“Se comenzó el trabajo –manifestó Zaldívar–, chequeando todas las imágenes satelitales de la Sierra de Pinares de Mayarí, una semana antes de la ocurrencia del incendio, para, a partir de estas, ver el estado de las plantaciones y la distribución de la diversidad del ecosistema. Con posterioridad, se volvieron a observar instantáneas durante y después del siniestro, en función de contrastarlas, ya que hubo lugares donde la nubosidad y el humo impedían el monitoreo exacto y delimitar el contorno”.
Integrantes del equipo de trabajo fueron a los lugares y con GPS se logró fijar el contorno en el terreno, procediéndose a calcular el nivel de impacto y severidad. Y fueron consultados estudios anteriores y evaluaciones, que arrojaron luces sobre dónde estaban la flora y la fauna vulnerables.
Igualmente, de acuerdo con el Jefe de Departamento, se hizo un levantamiento de poblaciones de estas y se confeccionaron mapas del nivel de severidad.
Según estimaciones que figuran en la Evaluación de Impactos y Daños Ambientales, “el siniestro afectó 13938.53 hectáreas (ha), fundamentalmente en la altiplanicie de Pinares de Mayarí y las vertientes Este, Oeste y Sur de Sierra de Nipe, todas pertenecientes a la provincia”.
“Esta cifra es muy superior a estimaciones iniciales que rondaron las 7000 ha, debido a que en días posteriores a la evaluación preliminar se iniciaron nuevos focos al Norte de Los Exóticos, en las inmediaciones de la localidad de Cuchuflí, donde se afectaron más de 3000 ha adicionales.
Tomado de JR
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