Una gestión turística amigable con el entorno distingue al Hotel Meliá Cayo Coco, instalación del destino Jardines del Rey —en el norte de la provincia de Ciego de Ávila— que reafirma su compromiso con la sostenibilidad al celebrar hoy el aniversario 25 de su fundación.
Niurka Hernández, subdirectora de ese centro de alojamiento con categoría de Cinco Estrellas y concebido para el descanso de personas adultas, subrayó, en declaraciones a la Agencia Cubana de Noticias, el privilegio de trabajar en un sitio donde consideraron la protección del medioambiente desde el momento en que se concibió la infraestructura.
Durante el proceso constructivo, argumentó, se respetó la vegetación; solo efectuaron movimientos indispensables en el terreno y algunas áreas permanecen intactas, también como resultado de la voluntad y responsabilidad de los trabajadores para preservar los valores naturales, de manera que se constituyen en celosos guardianes del entorno.
Al llegar al hotel se percibe un clima de respeto y tranquilidad, trasmitido por el buen estado de las áreas verdes, que sirven de refugio a numerosas especies de la fauna, fundamentalmente aves, cuyo canto ameniza la estancia y, por lo general, es el único sonido que puede percibirse durante los recorridos por áreas habitacionales.
La fuente se refirió a los esfuerzos para conservar el segmento de playa próximo al hotel, donde restauran la vegetación de las dunas, afectadas por el huracán Irma en el 2017, además de mantener en buen estado las pasarelas de acceso al balneario y alzar sobre pilotes las construcciones cercanas para que circule la arena y crezcan las plantas.
Valoró que las acciones de rehabilitación en el litoral fortalecen la resiliencia ante el cambio climático y, en el caso particular de las dunas, disipan la energía del oleaje, lo que disminuye las penetraciones del mar provocadas por eventos hidrometeorológicos extremos.
Los trabajadores se implican en la siembra de plantas autóctonas y efectúan limpiezas en el balneario, actividades que integran a clientes mediante el proyecto educativo denominado Ecofriendly, que promueve un turismo responsable con la naturaleza.
Se suma la labor de obreros de la Empresa de Servicios del Turismo (Emprestur), contratados para la limpieza regular de la zona de playa, labor que se ejecuta de forma manual para evitar perjuicios al ecosistema costero.
Hace apenas unos años —recordó— en el balneario Las Coloradas, donde se localiza el Meliá Cayo Coco, el vertimiento de arena mejoró las condiciones del área, incluida la expansión en unos 50 metros, de manera que aumentó la calidad para el turismo de sol y playa, y existen mayores posibilidades para la adecuada explotación de esa zona.
Distribuidos en diferentes áreas, mensajes de bien público (en varios idiomas) convocan a proteger la flora y fauna, además de orientar y fomentar la cultura medioambiental en clientes y trabajadores.
La subdirectora del Hotel Meliá Cayo Coco apreció que las mejoras en el entorno crean oportunidades para una instalación turística con un índice de repetidores de viajes ubicado entre los más altos de Cuba, debido a que algunos clientes se hospedan hasta cuatro veces durante un año.
Con una trayectoria marcada por el respeto ambiental, también promueven la eficiencia energética, lo que incluye el ahorro de electricidad y progresivo desarrollo de fuentes renovables, además de adoptar medidas para el consumo racional del agua y su reutilización en actividades de jardinería.
Merecedor de numerosos premios por la protección del ecosistema, ese hotel aspira al Reconocimiento Ambiental Nacional a Playas de Uso Turístico, establecido por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, en la Resolución 305 del año 2020, para mejorar la gestión de esos balnearios y orientarla a la sostenibilidad.
Ese estímulo pretende crear las premisas para que, de manera gradual, las playas cubanas puedan participar en los programas existentes en el ámbito internacional y obtener los galardones o distintivos que se otorgan.
Tomado de ACN