El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, urgió una vez más este lunes a los líderes de todas las esferas de la sociedad a tomar medidas creíbles para mitigar el cambio climático, afirmando que los planes actuales son insuficientes para enfrentar la amenaza existencial que plantea el calentamiento del planeta.
En su conferencia de prensa de fin de año, Guterres pasó revista a una amplia variedad de temas, entre los que destacaron el cambio climático y la guerra en Ucrania.
Con respecto al primero, reconoció que el fenómeno es una de las cuestiones en las que escasean las buenas noticias, con las emisiones globales aumentando y el mundo alejándose del objetivo de limitar el aumento de la temperatura a 1.5 ºC para fin de siglo.
“Los planes climáticos nacionales se están quedando lamentablemente cortos”, advirtió, aunque reconoció que se han tomado algunas provisiones importantes para transitar de la energía basada en el carbón hacia un modelo de energías renovables.
Agregó que todos los países deben hacer un esfuerzo extra para reducir sus propias emisiones de carbono en esta década y para apoyar a las naciones que no pueden hacerlo por sí mismas.
En este contexto, Guterres anunció que convocará a una Cumbre de Ambición Climática en septiembre de 2023.
“Hago un llamado a todos los líderes para que den un paso adelante: Gobiernos, empresas, ciudades y regiones, sociedad civil y finanzas. Deben venir con una acción climática nueva, tangible y creíble para acelerar el ritmo del cambio”, dijo.
Explicó que se trata de una invitación abierta, pero aclaró que tiene un precio de acceso: “Y ese precio no es negociable: se debe presentar una acción climática creíble, seria y nueva, y soluciones basadas en la naturaleza que hagan avanzar la aguja y respondan a la urgencia de la crisis climática”.
“Será una cumbre sin tonterías. Sin excepciones. Sin componendas. No habrá lugar para detractores, lavados de cara ecológicos, o reempaquetadores de compromisos antiguos”, subrayó.
Sobre el conflicto en Ucrania, opinó que la solución no es militar. “No necesitamos una mayor escalada (…) Mi posición es muy clara, nunca habrá una solución militar para este problema, la solución debe estar en línea con la Carta de las Naciones Unidas y las leyes internacionales”.
“Creo que la confrontación militar continuará y que tendremos que esperar el momento en que sean posibles las negociaciones de paz serias. No las veo en el horizonte inmediato, por eso estamos concentrando nuestros esfuerzos en otros aspectos como mejorar la eficiencia de la Iniciativa de Granos del Mar Negro, (…) el intercambio de prisioneros de guerra”, dijo.
Matizó, sin embargo, que al decir “un horizonte inmediato”, no se refiere a todo el año entrante. “Espero de verdad que seamos capaces de alcanzar la paz en Ucrania en 2023”.
Las consecuencias para los dos países involucrados y para la economía mundial, sobre todo para los países en desarrollo con los altos precios de los alimentos y la energía, son razones poderosas para que hagamos todo lo posible para alcanzar una solución pacífica antes de que termine el 2023, recalcó.
Preguntado sobre la situación en Perú, donde se desató una ola de protestas tras la destitución del expresidente Pedro Castillo el pasado 7 de diciembre, el Guterres indicó que sigue con mucha preocupación los acontecimientos.
“Es absolutamente necesario que haya un diálogo entre todas las fuerzas políticas y sociales del país y, naturalmente, que la realización de elecciones anticipadas puede ser un factor importante para restablecer la paz social en el país”, sostuvo.
También subrayó la necesidad de que “haya un máximo de contención y de respeto de los derechos humanos frente a las manifestaciones del pueblo”.
Otro tema de interés entre los periodistas que acudieron a la conferencia de prensa fue el fenómeno de las redes sociales, su uso y libertad de expresión en ellas.
António Guterres alertó sobre la amenaza que ejercen los grupos de extrema derecha o neonazis valiéndose de las plataformas digitales para propagar el discurso de odio y el extremismo.
Para combatir estas tendencias, se pronunció por el respeto a la libertad de expresión y por la regulación de las redes sociales.
“Se requiere legislación internacional, la Unión Europea ha demostrado que es posible para muchos aspectos (…) Sería positivo que esas medidas fueran globales”, sostuvo.
Agregó que hay áreas que requieren de un diálogo entre Gobiernos, científicos, empresas y sociedad civil para establecer una regulación “informal”, basada en diferentes tipos de compromisos, además de resaltar el sentido de responsabilidad de los operadores de las plataformas sociales.
Con respecto a la lucha contra la desinformación, sostuvo que solo hay una vía: “difundir información correcta”, y fue enfático en la necesidad de distinguir la actualización de la información según los avances de la ciencia y el conocimiento, que en ocasiones pueden desmentir afirmaciones previas, y la difusión deliberada de aseveraciones falsas o erróneas, como ocurrió muchas veces durante la pandemia de covid-19.
“No es el momento de quedarse al margen, es el momento de la determinación e, incluso, de la esperanza, porque a pesar de las limitaciones, estamos trabajando para hacer retroceder esa desesperación, luchar contra la desilusión y encontrar soluciones reales.
“No soluciones perfectas, ni siquiera soluciones bonitas, sino soluciones prácticas que marquen una diferencia significativa en la vida de las personas. Soluciones que deben ponernos en el camino hacia un futuro mejor y más pacífico”, afirmó.
Tomado de Cubadebate
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