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Sesionó en Cuba I Taller Internacional de Fincas Emprendedoras, en COOPERAT 2024

El taller se centró en identificar las brechas, desafíos y oportunidades del sector agrario cubano, así como fomentar el desarrollo de emprendimientos y esquemas financieros en la producción, transformación y comercialización como parte de los sistemas alimentarios.

Bajo la organización del Ministerio de Agricultura de Cuba, el Centro de Estudio de Dirección, Desarrollo Local, Turismo y Cooperativismo de la Universidad de Pinar del Río (CEGESTA), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI), sesionó el Primer Taller de Fincas Emprendedoras, en el marco de la decimoquinta edición de la Convención Internacional de Cooperativismo COOPERAT 2024.

En la primera jornada del taller, el vice primer Ministro, Jorge Luis Tapia Fonseca, destacó la diversidad de los participantes en el taller, resaltando la participación de productores, mujeres, científicos, académicos y profesores de diversas ramas. “Hay una diversidad en el escenario que estoy seguro que con las técnicas de dirección y lo que se pretende, nos permitirá buscar entre todos propuestas de soluciones a los desafíos que hoy tenemos en la producción”, afirmó Tapia.

Junto a Tapia Fonseca, presidieron la sesión el ministro de la Agricultura, Ydael Pérez Brito; el director de CEGESTA Carlos César Torres Páez; el representante de la FAO en Cuba, Marcelo Resende; el coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba, Francisco Pichón, y el representante de ONUDI en Cuba, Fidel Domenech.

El taller se propuso identificar las brechas, desafíos y oportunidades del sector agrario cubano, así como fomentar el desarrollo de emprendimientos y esquemas financieros en la producción, transformación y comercialización como parte de los sistemas alimentarios, tomando como referencia distintas iniciativas existentes en el país.

La iniciativa contó con una amplia participación de productores, representantes de diferentes ministerios y Organismos de la Administración Central del Estado, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Asociación Nacional de Economistas, la Universidad de La Habana, grupos empresariales, y la Fundación para el Hombre y la Naturaleza Antonio Núñez Jiménez; así como representaciones diplomáticas de las embajadas de Noruega, Canadá, miembros de la Agencia Suiza de Cooperación, del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil y del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba.

El vice primer ministro destacó la relevancia de este encuentro para encontrar formas de ampliar los emprendimientos de jóvenes y mujeres en el campo. Dijo que hay opciones de financiamiento que se pueden aprovechar y subrayó la importancia de incorporar equipamientos y tecnologías en las prácticas agrícolas, como sistemas de energía renovable.

Por su parte, Pérez Brito dijo tener la expectativa de llegar a consensos que nos permitan seguir regresando personas al campo en un momento tan difícil y agradeció la forma en que se organizó el taller, que le permitirá a los diversos grupos “poder dar ideas que nos ayudarán a seguir avanzando en estos temas y lograr consolidarlos”.

El Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Cuba destacó la importancia de abordar los desafíos del sector alimentario cubano con un enfoque que considere las soluciones a la escala que requieren las problemáticas del país e identificar cuellos de botella y áreas de oportunidad para generar cambios transformadores y llamó a aprovechar las potencialidades tanto de actores estatales como no estatales, lo que es determinante para transformar la producción local.

En este sentido, enfatizó el compromiso de ONU Cuba en profundizar sus esfuerzos para enfrentar los desafíos del sector y contribuir a la nutrición de la población en línea con los objetivos de la Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional.

COOPERAT tuvo como objetivos fundamentales fomentar la cooperación Sur–Sur y la formación de redes entre los actores vinculados al sector cooperativo y la economía social; facilitar el intercambio de herramientas metodológicas y experiencias exitosas; y garantizar la inclusión de las cooperativas y otros actores de la economía social en las políticas públicas como elementos esenciales para el desarrollo sostenible.

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