El desarrollo no puede prescindir de la actividad innovadora, que no es patrimonio de países ricos. GEDEME y MoviTel, empresas cubanas sujetas a las mismas dificultades que el resto del país, nos demuestran lo que puede hacerse al respecto en Cuba
La adaptación, en tanto componente central de la teoría evolutiva de Charles Darwin, supera la condición de realidad natural y se convierte en necesidad sine qua non[1] para la mera existencia. El tono apocalíptico del “adaptarse o perecer”, lanzado por H. G. Wells (La mente al límite de su capacidad, 1945) es, sin embargo, totalmente justificado. Solo la desaparición, más o menos lenta, pero inexorable, espera a la especie incapaz de adaptarse a nuevas condiciones.
Para el ser humano, la adaptabilidad adquiere una dimensión superior, aunque sin dejar de responder a la lógica darwiniana. Estando, como está, dotado de la capacidad de razonar, debe asumir la adaptación a los escenarios surgidos de su propio intelecto, porque, ¿qué somos sin la “magia” que reside en nuestros cerebros y manos? Lo que surge de ellos (sea sanador como las vacunas o absurdo como la bomba atómica), importa tanto a la supervivencia como las llamadas “condiciones naturales” con las que coexistimos.
¿Es la tecnología el principal fruto de la creación intelectual humana? Puede que no se llegue a un consenso en tan debatido tema. No obstante, sin la producción tecnológica es seguro que la humanidad no estaría donde está; y podría sobrevivir, sí, pero con formas de conducta muy (pero que muy) diferentes a las que hoy constituyen la norma.
Tecnológicamente hablando, adaptarse es innovar. La tecnología, como fenómeno, no puede abstenerse del impulso innovador. ¡Qué digo abstenerse!, no puede ni siquiera detener el proceso de innovación en un punto que considere seguro, su progresión continua es la única garantía de éxito (quien lo dude, que revise la historia de una tal Nokia). Léase “éxito” como aporte al avance, al desarrollo; que no es lo mismo que dar respuesta a la obsolescencia tecnológica creada artificialmente, siguiendo la lógica depredadora de “ganancia a toda costa”. Eso podrá ser innovación, pero no de la especie que se pide fomentar.
Es indudable, entonces, que la actividad innovadora es un componente esencial del desarrollo humano; y lo será aún más a medida que nos adentremos en la Cuarta Revolución Industrial. H. G. Wells lo hubiera propuesto como “innovar o perecer”.
Si no implementas, no innovas
En términos prácticos, el concepto innovación se define como la introducción de novedades, la modificación de elementos ya existentes con el fin de mejorarlos. No obstante, la implementación de elementos totalmente nuevos también se asocia a la actividad innovadora.
El aspecto determinante, crucial, para entender este fenómeno, es que innovar implica poner en práctica. Dicho de otro modo, solo se consideran como innovadoras (desde la óptica académica), las ideas ya implementadas como nuevos productos, servicios o procedimientos, que realmente encuentren una aplicación exitosa. No cualquier idea es innovadora, por muy nueva e interesante que sea.
¿Es la innovación patrimonio exclusivo de las naciones del llamado “primer mundo”? De ninguna manera. Por solo citar nuestra región geográfica, tan “en vías de desarrollo” (como eufemísticamente se nos llama), un total de 13 países de Latinoamérica y el Caribe se ubican entre los cien primeros del mundo, atendiendo a su Índice Global de Innovación. Algunos de ellos con destaque en los indicadores que individualmente se analizan; como es el caso de Uruguay, lugar número 64 en el escalafón general, pero con un meritorio puesto 32 en cuanto a las instituciones innovadoras.
Cuba, si no referente del impacto de la innovación en su economía, sí es muestra de que el accionar innovador resulta, más que posible, necesario en países de retos naturales y geopolíticos tan relevantes como los que tiene la Mayor de las Antillas frente a sí. Juventud Técnica se acerca a dos botones de muestra de lo mucho que puede hacerse, cuando innovar es la palabra de orden.
Comunicando a todo tren

En una diminuta estación de ferrocarril, infaltable en las pequeñas poblaciones cubanas, el paso de los trenes marca los momentos cumbres de la cotidianidad. No es solo por el probable (aunque cada vez más escaso) arribo de nuevos viajeros; ni tampoco por la segura (y cada día más frecuente) partida de los allí nacidos. La estación, en la persona de su responsable, ha desempeñado un rol tan relevante en las comunicaciones ferroviarias, que debiera verse mejor reflejado en su remuneración.
De cuando en cuando suena el teléfono del local, es el Despachador Territorial. Dicta a quien está al frente de la estación todos los datos de interés para un tren que se acerca (de dónde a dónde viaja, con qué otros se va a cruzar, la velocidad que tiene que desplegar en cada tramo, las limitaciones de la vía…). La persona en el terreno, dígase en la estación, anota todo cuidadosamente en un papel, y asume toda la responsabilidad de que la vital información le llegue al maquinista.
Si el tren hace parada en la estación, el encargo se simplifica, pues la entrega, cual recado enviado con un “propio” en época de los mambises, se hace de mano a mano. Si, por el contrario, no corresponde parada, el pase del dichoso papelito es todo precisión: con el tren en movimiento, el maquinista se inclina sobre la baranda, mientras, en el borde del andén, el responsable de la estación extiende cuanto puede una vara con el papel en la punta, que es tomado casi al vuelo por el líder de la tripulación. Así estaba funcionando el flujo de comunicación ferroviaria, casi como la entrega del testigo al más puro estilo jamaicano del relevo 4 x 100.
Lógicamente, este sistema nació de la necesidad. Problemas de índole financiero impidieron que se finalizara el despliegue de una red de comunicaciones GSM-R[2] proveída por la empresa china Huawei, que llegó solamente hasta el centro del país. A partir de la imposibilidad de concluir dicho trabajo, se creó un grupo multidisciplinario con la misión de resolver tan serio problema, a partir de los recursos y capacidades disponibles.

A ese grupo llegó Julio Alpízar Aguiar, especialista de la empresa MoviTel, convocada para integrar el equipo. Ya esta organización, dedicada a proveer sistemas de radiocomunicaciones móviles troncalizadas a nivel nacional, tenía experiencia resolviendo dificultades similares en el pasado, y la volcó toda en este nuevo desafío.
MoviTel cuenta, para el cumplimiento de su objeto social, con dos redes de comunicaciones, una digital eLTE[3] y una analógica MPT-1327[4]. La solución al problema planteado, contó Alpízar Aguiar a Juventud Técnica, fue hacer compatibilizar la red GSM-R de los ferrocarriles, con las dos redes de la empresa, de manera que se unificaran las comunicaciones, con independencia del equipamiento con que se contara, fuera digital o analógico. Así de simple y así de complejo.
Lo de simple le toca solo a la idea, pues llevarla a la práctica fue todo un reto. Era tan complicado, que nunca se había hecho en el mundo, hasta donde se tienen noticias.
El punto de partida fueron las capacidades disponibles, dígase las redes ya instaladas y su alcance. La única de ellas desplegada nacionalmente era la MPT-1327, por lo cual, la idea general fue que los trenes, cuando se encontraran en el Occidente del país, emplearan el sistema GSM-R y, al perder la cobertura en la zona central, pasaran a operar por el sistema analógico MPT-1327, todo ello sin cambiar de equipo receptor– transmisor.

Esto se logró a través de un proceso de interconexión a nivel de audio, que fue posible, a su vez, gracias a que los equipos del sistema MPT-1327, pese a ser totalmente analógicos, tienen una salida con un tipo de tarjeta capaz de comunicarse con una red digital. Lo hacen de manera analógica, específicamente con audio. Aprovechando esa capacidad, el equipo liderado por Alpízar Aguiar desarrolló dos PABX[5] que, valiéndose de la telefonía IP[6], interconectaron los tres sistemas en cuestión. Lógicamente, esto implicó no solo el desafío en materia de comunicaciones, sino también el de las medidas de seguridad que fue preciso diseñar para proteger el sistema.
El resultado se probó realizando un recorrido en vivo por la ruta Habana –Santiago de Cuba, en el cual se cubrieron ampliamente las expectativas. Con esta interfase, innovación del equipo de MoviTel, los ferrocarriles cubanos pueden llegar, desde cualquier punto de red en que exista un teléfono conectado a su sistema, a cualquier equipo terminal, igualmente conectado, sea digital o analógico, a bordo de un tren o en la estación más apartada, lográndose la tan ansiada cobertura nacional.
Todo ello con una inversión mínima, dado el aprovechamiento exclusivo de las capacidades ya en servicio. Es un dato a no despreciar, si se tiene en cuenta que el costo estimado de instalar una red de comunicaciones para los ferrocarriles en Cuba supera los 20 millones de dólares, muy por encima de las posibilidades reales de la institución a cargo de esta actividad.
Iluminando quirófanos
Para los romanos de la época clásica, cada vida era hilada por las Parcas. Con sus hebras blancas, negras y doradas, las dueñas del Fatum (Destino) hacían discurrir la existencia, con sus momentos de felicidad y dolor. También ellas, con sus famosas tijeras, eran las encargadas de marcar el fin para todos los mortales, cortando el hilo vital.
Hoy sabemos que Nona, Décima y Morta pertenecen al universo mitológico, pero también que la frontera entre vida y muerte puede ser tan delgada como la hebra a ellas atribuida. Muchas veces es tan fina como el filo de un escalpelo, y la destreza del cirujano que lo maneja puede ser, literalmente, la clave para ver un día más.
La coordinación ojo–mano (óculo–manual) es, dentro del enorme cúmulo de conocimientos y habilidades que debe poseer un cirujano, una de las fundamentales. No en balde se le considera entre los entrenamientos más difíciles de adquirir y, en consecuencia, una de las muchas razones por las que quienes realizan esta noble profesión, son tan admirados. Al estar involucrados los ojos en el proceso, las condiciones de luminosidad cobran una importancia obvia.
Sin embargo, dar cobertura de iluminación a los quirófanos cubanos no es tarea sencilla. El Sistema de Salud, dadas las características muy particulares en que se ha desarrollado desde 1959 a la fecha, cuenta con disímiles modelos de lámparas quirúrgicas, puestas en funcionamiento en diferentes momentos históricos. Ello trae como resultado que se demanden 17 tipos diferentes de bombillos alógenos, así como una dotación de unos 19 bombillos por cada luminaria que utiliza.

Ante tales datos, unidos a que cada unidad de bombillo alógeno tiene un costo superior a 20 euros en el mercado internacional, se generó entre diferentes instituciones un movimiento en busca de una solución, al que se unió la Empresa Industrial para la Informática, las Comunicaciones y la Electrónica (GEDEME), representada por su Unidad Empresarial de Base (UEB) Electrónica.
Dicha unidad posee abundante experiencia acumulada en el trabajo con bulbos (bombillos) de tecnología led, al ser parte de su quehacer cotidiano. Por tal motivo, contó a Juventud Técnica Annier González Morell, director de la UEB, tienen pleno dominio de las muchas ventajas que ofrece este tipo de aditamentos en cuanto a valores lumínicos, maniobrabilidad y rentabilidad económica, pues su valor de mercado es sumamente inferior al de sus pares de tipo alógeno.
No es de extrañar, entonces, que en la UEB GEDEME Electrónica, percibieran que el secreto estaba en la sustitución de una tecnología por otra. Sin embargo, no era cosa de coser y cantar, pues, mientras los bulbos led de formato estándar vienen preparados para su conexión a una toma de electricidad (los conocidos sockets) de dimensión única, los bombillos para las luminarias quirúrgicas, nos recuerda González Morell, necesitaban hasta 17 dimensiones diferentes.
Fue entonces donde tomó cartas en el asunto el espíritu innovador que se respira desde que se traspasan las puertas de la entidad. Surgió la idea que, de funcionar, sería la respuesta a todas las preguntas: estandarizar los sockets. Rápidamente se pasó del dicho al hecho y se diseñó un aditamento con la capacidad de adaptarse a todas las tomas de electricidad, con independencia de sus dimensiones. La producción del aditamento, para la etapa de pruebas, se realizó en una impresora 3D.

La solución se completó tomando la plaqueta led, componente interno del bulbo, responsable de la emisión de luz, y uniéndola al aditamento estandarizado, con lo cual se obtuvo un nuevo dispositivo lumínico, totalmente funcional y capaz de ser utilizado en cualquiera de los modelos de lámparas quirúrgicas existentes en Cuba. Pero, además, la innovación cuenta, entre sus atributos, con su mayor perspectiva de vida útil (una de las ventajas de la tecnología led sobre la halógena) y el ya mencionado aspecto económico.
Tratándose de medios que tendrán un uso en los servicios sanitarios (quirúrgicos, nada menos), es obvio que el dispositivo resultante ha de pasar por una rigurosa etapa de pruebas. Las fases iniciales muestran que su rango de luminosidad no afecta los tejidos expuestos a la misma durante las cirugías, y que el funcionamiento técnico es adecuado. No obstante, continúan los procesos de pruebas hasta tanto se obtenga el permiso requerido, que debe otorgar, en su momento, la Autoridad Reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos de la República de Cuba (CECMED). Las expectativas son extremadamente alentadoras, y ya la UEB GEDEME Electrónica se prepara para enfrentar el reto de surtir de iluminación los quirófanos cubanos.
Sea para llevar el mensaje a un tren o la luz a un salón de operaciones, lo cierto es que Cuba necesita respirar innovación. Necesita, además, la mirada puesta en que se concrete. Una solución en la gaveta vale lo mismo que la que nunca se desarrolló. No se necesitan premios en concursos, por más justos y estimulantes que sean. Los problemas resueltos son los que dan la verdadera calificación, y la nuestra, todavía tiene que mejorar.
Referencias bibliográficas
[1] Expresión latina que significa ‘sin la cual no’ y se aplica a una condición que necesariamente ha de cumplirse o es indispensable para que suceda o se cumpla algo.
[2] Tecnología de comunicaciones desarrollada específicamente para el ferrocarril (GSM-Railway; GSM-Ferrocarril). Para mantener comunicados a todos los trenes, el sistema dispone de varias antenas situadas a lo largo de toda la vía, de modo que la cobertura sea total, incluso en los túneles. Se garantiza su correcto funcionamiento para trenes que circulan hasta 500 km/h.
[3] eLTE (LTE Mejorado) es una tecnología patentada por Huawei, basada en el estándar LTE. Está destinada a proporcionar acceso inalámbrico a datos de banda ancha con niveles máximos de enlace descendente de 50 Mbit / s y enlace ascendente de 20 Mbit / s por sitio en frecuencias de 5 MHz, 10 MHz y 15 MHz.
[4] Norma industrial para redes de radiocomunicaciones analógicas troncalizadas. Su lanzamiento comercial data de 1988.
[5] Sistema digital automático de conmutación. Permite enrutar automáticamente las llamadas tanto internas como externas del sistema, pero pertenece al usuario y no a la compañía telefónica.
[6] Tecnología que permite integrar en una misma red basada en protocolo de Internet (IP), las comunicaciones de voz y datos. Puede representarse como una “pizarra telefónica virtual”.
Tomado de Juventud Técnica
Valore este artículo
Click en las estrellas para votar
0 / 5. Conteo 0