En Cuba desde hace años se trabaja en función de conservar la flora y fauna para preservar la diversidad biológica, lo cual constituye apoyo sustantivo de muchas actividades realizadas por el hombre.
Odalys de la Caridad Goicochea Cardoso, directora general de Medio Ambiente del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), compartió el criterio anterior durante una entrevista donde tratamos como tema principal la Tarea Vida, pero sobre los impactos de la situación creada por la Covid-19 dijo:
“Nuestra valoración preliminar de la actualidad es que muchas actividades de la economía se han detenido y, por lo tanto, desacelerado la emisión de gases de efecto invernadero. Por eso, la recuperación post-Covid debe hacerse de manera sostenible, en aras de contrarrestar las cuestiones negativas para el planeta”, afirmó.
La Tarea Vida representó una labor de primer orden en el Citma durante el 2020, como política pública para el enfrentamiento al cambio climático con determinados plazos. El año concluido marcó el cierre de un periodo corto, que comenzó en el 2017.
En lo adelante se trabaja con proyecciones hacia el 2030, sin descuidar los objetivos a alcanzar en el 2050, sobre bases científicas y experiencias adquiridas.
Aseveró Odalis Goicochea que las actividades fundamentales del corto plazo recién terminado estuvieron centradas en el desarrollo económico y social, el quehacer propio de los cubanos y hacia las áreas más vulnerables.
Además, agregó: “En ese sentido hay proyectos con resultados visibles como el sur de Artemisa y Mayabeque, donde la reforestación de los manglares ha sido parte de lo que ha estado defendiendo la Tarea Vida: el escudo natural de nuestro archipiélago.
“También ha habido un acercamiento a todas las esferas de la vida y la economía del país, a la vulnerabilidad del cambio climático y lo relacionado con la investigación. O sea de cuánto podemos disminuir los gases de efecto invernadero”.
Otro ejemplo citado por la directora general fue la recuperación de playas arenosas en la cayería Norte del país: en Ciego de Ávila, Villa Clara, Holguín y Varadero.
Y añadió: “Nuestras especies de la fauna y flora tienen cierta presión comercial por ser endémicas en su mayoría. Al respecto, en marzo de 2020 el Consejo de Ministros aprobó un plan gubernamental, dirigido por el ministerio del Interior y con la participación de varios organismos para efrentar los delitos contra los recursos naturales.
“Hemos trabajado en las amenazas que inciden, fundamentalmente, en la pérdida de la diversidad biológica. Tenemos identificado los lugares donde suceden este tipo de cuestiones y se aplica un grupo de acciones que permitan disminuir estos hechos”.
Para Odalis, la educación y sensibilización ambiental deben convertirse en una dimensión que vaya creciendo entre las personas. “Debemos hacer un uso equilibrado y sostenible de los recursos y actuar en consecuencia”, indicó.
La Tarea Vida no es una política del ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente nada más, cuenta con el vínculo de todos los organismos de la administración central del Estado. Sus estudios y análisis resultan abarcadores.
“Los objetivos para el 2030 van dirigidos, principalmente, al desarrollo de la ciencia, pero en lo local, y muchas acciones relacionadas con la mitigación. También hacemos hincapié en el transporte eléctrico y su alimentación mediante fuentes renovables de energía”, expresó la directora general de Medio Ambiente.
Después de años de trabajo, la Mayor de las Antillas cumplió con sus compromisos ante la Convención Marco de las Naciones Unidas y el Acuerdo de París, previstos para el 2020.
Por Departamento de Comunicación del Citma