Permítanme devolverles la memoria desde mi corazón», dijo la artista peruana Sonia Cunliffe, curadora de la exposición Documentos extraviados. Niños de Chernóbil en Cuba –realizada junto a la periodista Maribel Acosta y con valoraciones en su correspondiente catálogo de Jorge A. Fernández–, durante la inauguración de la muestra en la Fototeca de Cuba.
Nelson Ramírez de Arellano Conde, director de la Fototeca, destacó en el acto que la artista recurre a la fotografía histórica para convertirla en una obra de arte contemporánea. A partir de una visita que realizó en 2011 a Tarará para comprobar la existencia de niños afectados por el mayor desastre nuclear de la historia ocurrido en Ucrania, el 26 de abril de 1986, a Sonia le nació esta idea que logró materializar en su país en el año 2016.
Con el apoyo de los periódicos Granma y Juventud Rebelde, se logró reunir más de cien fotografías en las que se advierte el esfuerzo del personal médico cubano para atender a estos niños que llegaron a Tarará, un proyecto que duró 21 años y acogió a 26 500 niños afectados por el fatídico accidente.
No hay tristeza en las imágenes expuestas, pues confesó la artista que quiso, más que mostrar el dolor, enseñar la alegría y la esperanza que encontraron en Tarará los niños ucranianos. La muestra contiene, además, documentos y testimonios –llevados al audiovisual– de los doctores que los atendieron, de familiares y hasta de los propios niños, cuyos ojos volvieron a brillar en las tiernas y azules aguas del recinto playero.
«Decir Tarará en Ucrania es como mencionar un milagro, algo grande, que se respeta y se respetará por siempre», comentó Natacha Ramírez Aguilera, actual Encargada de Negocios a.i. de Cuba en Ucrania. «En nombre de Cuba los felicito, porque es importante que el mundo conozca hoy cuánto hizo este país pequeño, sus médicos, el propio Fidel, por salvarles la vida a los niños de Chernóbil, siendo Cuba un país bloqueado».
Guido Toro, embajador del Perú en Cuba, resaltó la labor de Sonia en el rescate de la memoria, de archivos, en su afán por revelar la verdad de nuestros pueblos.
Hasta el 12 de septiembre la propuesta estará en la Fototeca, en octubre viajará a Paraguay, para regresar al periódico Granma, «su casa natural», como la calificó el diplomático. Este año, Sonia donó su exposición a Granma, en agradecimiento al apoyo brindado a su trabajo y al de sus compañeros de viaje, un viaje a la memoria necesaria.
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