Cuando el mundo transita desde hace mucho por las más diversas rutas de la economía circular, Cuba promueve esta filosofía que buscar concatenar los desechos de los procesos productivos, como vía para convertir en soluciones problemas como el de la contaminación, sobre todo, dadas las condiciones económicas y financieras complejas actuales y los beneficios a largo plazo que esta reporta.
La economía circular implica evitar el consumo excesivo, los residuos y el uso de combustibles fósiles mediante el arrendamiento, la reutilización, la reparación y el reciclaje de los materiales y productos existentes, indican fuentes de la Organización de Naciones Unidas.
La extracción y el procesamiento de los recursos naturales causan la mitad de las emisiones mundiales y más del 90 % de la pérdida de biodiversidad, se destacó en abril de 2021 en el Foro Mundial de Economía Circular (WCEF).
Según se enfatizó, el cambio a una economía circular es crucial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y el objetivo del Acuerdo de París sobre el cambio climático de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC por encima de la época preindustrial.
En Cuba, según ha expresado el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, se trata de maximizar ese modelo e implementarlo en toda la nación.
“En un país como el nuestro debiéramos aprovechar todo y no dejar que se deseche nada, cada cosa que sea un subproducto de una producción o un desecho debemos incorporarlo, para buscar así mayor oferta de bienes y servicios a la población y diversificar las producciones”, subrayó Díaz-Canel.
El mandatario insistió en la necesidad de crear la estrategia nacional de economía circular que contenga normas legales, políticas, temas de capacitación entre otros aspectos.
“Debemos lograr que todos pensemos en Economía Circular tanto el sistema empresarial como en los municipios, lo que nos permitirá encadenar procesos para llegar a nuevos productos, la transformación de procesos y a innovaciones productivas”, acotó el dignatario.
Expertos apuntaron que en este ámbito también es esencial el espacio doméstico; la ciudadanía debe aprender a discernir qué parte de sus desechos pueden ser reutilizados como materia prima.
A principios de 2021 la Dirección General de Medio Ambiente del Citma comenzó a trabajar en el Macroprograma de Recursos Naturales y Medio Ambiente que posee un proyecto orientado al consumo, producción sostenible y economía circular.
Algunas iniciativas
Actualmente, en Cuba se ejecuta el proyecto sobre el Fortalecimiento de la infraestructura de la calidad en la economía circular en México y Cuba, que implementa el Instituto de Metrología de Alemania, financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de esa nación europea.
La iniciativa contribuye al propósito de reusar, recuperar y reciclar materiales para promover la economía circular en todas las esferas posibles y desde las más adecuadas normas y regulaciones técnicas.
“La idea es que todo pueda ser reciclable y que desde el minuto en que se esté diseñando cada proceso de producción se valore la reutilización de elementos, para alcanzar la sostenibilidad tanto económica como social”, declaró a medios de prensa el académico Clemens Sanetra, quien es miembro del referido instituto.
Según agregó, “la economía circular se presenta como un sistema de aprovechamiento de recursos donde priman la reducción, la reutilización y el reciclaje de los elementos; es el reflejo de un modelo de producción y consumo más sostenible en el que se emplean como materias primas posibles los desechos de otras industrias para emprender un proceso productivo.”
De acuerdo Sanetra, iniciado a principios de 2023, el proyecto debe transcurrir hasta 2026, en un período que conlleva múltiples actividades de preparación y calificación del personal que integra la infraestructura de la calidad, es decir, todo un conjunto de instituciones de normalización, metrología, ensayos, certificación y acreditación, para lograr un enfoque sistémico en función del avance económico del país.
No importa de qué sector se trate; puede ser en el ámbito de alimentos, agricultura, producción industrial, eficiencia energética, energías renovables. Primero se definen nuevos criterios a partir de normas y regulaciones, y luego se necesita una evidencia para demostrar el cumplimiento, es lo que se conoce como evaluación de la conformidad, por ejemplo, mediante mediciones, ensayos y certificaciones, entre otros, apunto.
La formación deviene herramienta imprescindible para llevar a la vida el espíritu de la economía circular. Por ello, la Delegación Territorial de la Cámara de Comercio, la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC) en Camagüey y el proyecto de desarrollo local Comunidad Colaborativa y Asesores (CoCo) convocan a intercambiar y debatir sobre este tema.
La acción, prevista carácter presencial para el 25 de mayo, contará con dos exposiciones, la primera a cargo de la máster en ciencias Elena Lorenzo Kómova, profesora de la Universidad de Camagüey, quien abordará el tema desde la experiencia de la Empresa Ganadera agramontina.
Por su parte, el máster en ciencias Miguel Hernández Fernández, consultor de negocios del mencionado proyecto de desarrollo local, disertará acerca de la aplicación de la economía circular en empresas.
En el encuentro en la sede de la ANEC en la provincia podrán participar emprendedores, empresarios, especialistas y académicos, que enviarán sus solicitudes al correo delegcmg@camaracuba.cu, donde consignarán nombres y apellidos, carnet de identidad, teléfono, cargo y organización en la que se desempeñan.
“La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, arrendar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar los materiales y productos existentes durante el mayor tiempo posible”, refiere el sitio web de la Presidencia de la República.